Bajo las cristalinas aguas de la costa de Lanzarote, en las Islas de Gran Canarias, España, se instalan las primeras obras de lo que será el Museo Atlántico, el único de este género en Europa.
Jason deCaires Taylor asegura que el mar es el perfecto escenario para sus instalaciones de arte y para albergar un museo contemporáneo. A 14 metros bajo el mar, impresionantes figuras humanas en diferentes situaciones, fabricadas con un cemento especial que las conservará por 300 años, invaden el lecho marino de la costa de Lanzarote. Este proyecto artístico, el cual podrá ser visitado por nadadores o buzos, a partir de marzo de 2017, y que alcanzará a tener 300 estatuas humanas, es el tercero en su género –el primero está en la isla de Granada, un pequeño país en las Antillas Menores; y el segundo en Cancún, México–. Para el artista, este nuevo museo, en el cual lleva trabajando más de dos años, representa un diálogo entre el arte y la naturaleza, pues su diseño conformará un arrecife artificial que permitirá albergar diferentes especies de peces e incrementar la fauna y flora marina, y a la vez buscará crear conciencia con respecto a las amenazas que sufren en la actualidad los océanos en el mundo.
Otra de las obras que ya se ha instalado en el nuevo museo es La Balsa de Lampedusa, una representación desgarradora de la crisis humanitaria. Esta obra, inspirada en La Balsa de la Medusa, del pintor romántico francés Théodore Géricault, hace un paralelo entre el abandono sufrido por los marineros en la escena del naufragio y el desplazamiento que sufren millones de hombres en la actualidad. Sin embargo, este trabajo no pretende ser un tributo a la memoria de las vidas que se pierden en los desplazamientos, sino busca ante todo generar conciencia y ser una suerte de recordatorio de la responsabilidad colectiva ante estos hechos.
De padre inglés y madre guayanesa, Taylor creció en Europa y Asia, en donde exploró en su infancia los arrecifes coralinos de Malasia. Se graduó en el London Institute of Arts en 1998 con honores en Escultura, y se convirtió en un instructor de buceo calificado. Ha recibido destacados premios por su fotografía subacuática, en las que se aprecian impactantes imágenes con la transformación que sufren sus esculturas bajo el mar.