El concreto es uno de los grandes protagonistas de esta hermosa casa de recreo situada en medio de un imponente paisaje tropical, a pocos kilómetros de Bogotá. Recientemente, su diseño y arquitectura bioclimáticos la hicieron merecedora de un importante premio.
Un proyecto pensando para el descanso en familia y el disfrute de la naturaleza; así es esta vivienda de 750 m2, distribuidos en un solo nivel, ubicada en la parte alta de una montaña en la cordillera central, y resguardada por dos grandiosos árboles, un par de samanes de 30 m de diámetro, que le dan sombra y la refrescan en los días más calurosos, en los que la temperatura puede llegar a 30 grados, pues está a 650 m sobre el nivel del mar.

Fotografía: cortesía, Premios Obras CEMEX Colombia 2016.

Fotografía: cortesía, Premios Obras CEMEX Colombia 2016.
La ‘Casa los Samanes’ es obra del ingeniero Francisco de Valdenebro y el arquitecto Carlos Campuzano Castelló, y está totalmente construida –muros, vigas, losas, techos, pisos y parte del mobiliario– con concreto a la vista de tono ocre, sin ningún relleno, ornamento, estuco o pintura, un color que transmite calma y que permite que sobresalga el verde de la naturaleza que la rodea.
De marcado diseño geométrico y libre de columnas, tiene seis habitaciones –diseñadas para recibir una mínima exposición solar–, terrazas abiertas hacia el exterior, una amplia zona social en la que se integran la sala, el comedor y la cocina, con una fabulosa vista hacia la piscina con horizonte infinito, que recibe sol durante todo el día y se funde con el paisaje.

La piscina se encuentra en el borde occidental de la zona social y el agua se mantiene a una temperatura que oscila entre los 27 y los 30 grados durante todo el año, pues recibe sol constantemente y es poco profunda. Fotografía: cortesía, Premios Obras CEMEX Colombia 2016.

Vista del área social. Fotografía: cortesía, Premios Obras CEMEX Colombia 2016.
Sus espacios de doble altura, integrados al entorno natural –si se quiere, pueden cerrarse con un sistema de puertas corredizas de angeo y madera que desaparecen al almacenarse en sitios estratégicos–, las perforaciones en los muros y el aislamiento térmico de las cubiertas planas recubiertas con gravilla, hace innecesario el uso de aire acondicionado, lo que se traduce en un significativo ahorro de energía.
Otros de los aspectos sostenibles que vale la pena destacar es que toda la iluminación es de tecnología led y pronto se instalará una planta de energía solar que suplirá las necesidades energéticas de la vivienda. Así mismo, los diseños de desagües separan aguas residuales, jabonosas y lluvias. Luego de tratamientos, las primeras se utilizan para el riego de árboles frutales, las segundas se usan para servicios sanitarios y las terceras se recogen en tanques para regar los jardines.

La construcción se hizo con mínimo equipo mecánico y mano de obra artesanal. Fotografía: cortesía, Premios Obras CEMEX Colombia 2016.

Los muros portantes son de carga vertical y resistentes a sismos. Se usaron losas aéreas macizas y tensores para evitar el uso de columnas. Fotografía: cortesía, Premios Obras CEMEX Colombia 2016.
Todo el concreto empleado fue fabricado en lugar de la obra, dado que los camiones mezcladores no podían acceder a la zona. El proceso artesanal de mezcla se logró gracias al uso de un pequeño trompo de bajo consumo y el color ocre fue el resultado de diversos ensayos de mezclas de cemento blanco con agregados naturales de las canteras cercanas, ubicadas a menos de 15 km.
Por todas las características descritas, esta casa, ecológicamente responsable, que resulta imponente y austera a la vez, obtuvo hace poco el primer puesto en la categoría ‘Vivienda residencial’ de los Premios Obras Cemex Colombia 2016. Sin duda, se trata de un hermoso proyecto, digno de admirar.

Fotografía: cortesía, Premios Obras CEMEX Colombia 2016.