Esta casa de campo en North Salem, un pueblo en el estado de Nueva York, es el resultado del trabajo de diseño y renovación de la firma Worrell Yeung. Rodeada de verde, está compuesta por tres volúmenes de estética minimalista inspirados en el diseño a dos aguas de los graneros estadounidenses.
Fotografías: © Naho Kubota.
Esta sobria casa de campo se encuentra en las afueras de North Salem, una pequeña población ubicada en el condado de Westchester, en el estado de Nueva York. La familia propietaria puso en manos de la firma neoyorquina Worrell Yeung el diseño de su vivienda de descanso. La obra se sitúa en un lote triangular de 3,5 hectáreas, en medio de un paisaje agrario, que se ensancha y desciende hacia un estanque y una ladera.
Una de las primeras tareas del equipo que lideran los arquitectos Max Worrell y Jejon Yeung, socios fundadores de la firma, fue renovar y ampliar la casa existente. Se trataba de una construcción que, mucho tiempo atrás, fue un establo lechero. Hoy es el volumen principal de este proyecto residencial. Posteriormente, diseñaron dos volúmenes más: uno acoge un estudio de fotografía y un garaje, mientras que el otro contiene el spa.
Los tres edificios que componen la casa de campo retoman la forma arquetípica a dos aguas de los graneros estadounidenses. Sin embargo, se distinguen por sus distintos enfoques en cuanto a revestimientos y materiales. “No queríamos que la experiencia de pasar de un volumen con revestimiento oscuro a otro fuera monótona”, explica Jejon Yeung, codirector del proyecto. “En conjunto, vemos los tres como hermanos estrechamente emparentados, como primos”, puntualiza.
Casa de campo: tres son compañía
El volumen principal, de 482 m2, exhibe un tejado de metal oscuro y un revestimiento de madera de ciprés teñida de verde con un variado patrón de listones. “La paleta de colores del exterior se inspira en los graneros cubiertos de musgo oscuro. Por eso creamos un tinte personalizado que adquiere distintas tonalidades según la luz y la estación del año, sin perder el carácter de la madera”, explica Yeung. El acceso está definido por una fachada en su mayor parte maciza con una buhardilla articulada, mientras que la fachada trasera presenta ventanas con vistas panorámicas hacia el estanque.
Por su parte, el nuevo estudio de fotografía y el garaje de la casa de campo tiene 130 m2 y está enclavado entre cuatro altísimos cedros que Worrell Yeung se empeñó en conservar. Este volumen crea espacio para un patio de entrada central que se conecta con el salón de la casa principal. La estructura está revestida de madera contrachapada de abeto Douglas y contiene una despensa abierta, una estación de trabajo integrada, un altillo para dormir y un baño.
El conjunto lo completa el cobertizo de menor escala donde se ubica el spa y cuenta con bañera de hidromasaje y sauna. Este volumen de tan solo 41 m2 se conecta con los demás a través de un camino de gravilla. Tiene forma de medio frontón y, aunque sigue la tipología a dos aguas, se diferencia de los anteriores en la paleta de color. Está cubierto con una pantalla de lluvia de ciprés gris, más clara y desgastada.
Interiores cálidos
A pesar de situarse en un entorno rural, el diseño interior de la casa de campo está lejos de ser rústico. Por el contrario, fiel a su estilo, Worrell Yeung le apostó a una propuesta minimalista y contemporánea en la que el uso de la madera, clara y oscura, en el techo, el piso y buena parte del mobiliario le aporta calidez a los espacios.
Así, se destaca el área social, que se encuentra en el volumen central. Se trata de un amplio espacio rectangular, libre de muros, donde se distribuyen la cocina, el comedor, la sala de estar y la sala principal. El negro, el gris, el blanco, presentes en el mobiliario y los accesorios, y, desde luego, los distintos tonos de la madera conforman la sobria y acogedora paleta de color.
Sencillez bien pensada
La sobriedad que reina en todo el proyecto se traslada también al área privada. Las habitaciones son austeras y compactas, tipo hotel, con cuarto de baño y camas empotradas con espacio de almacenamiento. Como en el resto de la casa, la madera es el acabado protagonista. Está presente, incluso, en los baños. En cada ambiente se respira tranquilidad, el diseño invita al descanso y a la desconexión.
“La casa es, a la vez, sencilla y compleja, algo que continuamos explorando en nuestro trabajo”, dice el arquitecto Jejon Yeung. “Los techos a dos aguas se relacionan con el lugar y entre sí. Crean espacios que replantean el lugar y la experiencia, tanto dentro como fuera”, concluye.
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