El Centro Botín, la primera obra del premiado arquitecto Renzo Piano en España es el nuevo imán cultural de Santander, la capital de la comunidad autónoma de Cantabria, en el norte del país.
Un lugar de encuentro en torno al arte que pudiera formar parte del circuito internacional de instituciones culturales de primer nivel. Ese fue el propósito con el que Emilio Botín —quien fue presidente del Banco Santander, así como de la Fundación Botín, creada en 1964 para promover el desarrollo social de Cantabria— le encargó al italiano Renzo Piano —premio Pritzker 1998 y autor del Centro Pompidou, en París, entre muchas otras obras de renombre— el diseño de esta construcción en la que se invirtieron 80 millones de euros.
La obra comenzó en 2012 y su principal impulsor esperaba que estuviera lista cuanto antes. Sin embargo, un ataque cardiaco lo sorprendió en 2014 por lo que fue imposible que la viera terminada: la inauguración se llevó a cabo mediados de 2017. Piano le había advertido que concretar un proyecto como este requería tiempo.
El centro se ubica entre los centenarios Jardines de Pereda y el mar Cantábrico. Consta de dos volúmenes en voladizo que parecen flotar a la altura de las copas de los árboles, revestidos con 270.000 piezas circulares de cerámica brillante que reflejan los destellos del agua y los rayos del sol, y enormes ventanales que permiten contemplar el paisaje. Para concebirlo, el equipo del italiano —Génova, 1937— contó con un aliado español: el estudio Luis Vidal + Arquitectos.
Ambos módulos descansan sobre columnas de apariencia ligera y se une al otro a través de una estructura llamada pachinko, compuesta por pasarelas semicubiertas construidas con acero y cristal. El área total comprende 8.739 m².
Cultura y paisaje
El arte es el protagonista del volumen occidental: alberga dos niveles de galerías con una magnífica vista al mar y los jardines. El primero lo ocupa una sala de exposición de 1.200 m2, y el segundo, un área de 1.400 m2 para exhibiciones. En la planta inferior se ubican el centro de atención al visitante, una zona de estar y un restaurante. A su vez, en el exterior se instaló una pantalla led de 12 m x 6 m para presentar ciclos de cine al aire libre.
El volumen oriental dispone de un auditorio de doble altura en voladizo sobre la bahía para diversas actividades culturales —conciertos, lecturas, conferencias, festivales, etc.—. En el ala norte se sitúan otras salas que se adaptan para dictar cursos y talleres para niños y adultos, relacionados con las artes plásticas, el cine, la danza, la música, la literatura y el teatro.
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