En 2016, Beijing estrenará una imponente construcción dedicada a la cultura: el Guardian Art Center, obra de la firma alemana Büro Ole Scheeren.
En unos meses, la casa de subastas más antigua de China se convertirá en una institución multipropósito que albergará un museo, un centro de eventos, espacios destinados para una amplia variedad de actividades culturales, restaurantes y un hotel de 120 habitaciones.
El arquitecto escogido para diseñar el Guardian Art Center fue el alemán Ole Scheeren, quien trabajó durante varios años con el holandés Rem Koolhaass, y cuya firma –con oficinas en Hong Kong y Beijing– ganó en noviembre pasado el premio al Edificio del Año, que se otorgó durante el World Architecture Festival 2015, con el proyecto de vivienda Interlace, construido en Singapur.
La obra se construye en una zona cercana a la famosa Ciudad Prohibida, en entre las calles Wangfujing y Wusi Dajie, y muy próxima o dos proyectos recientes: el Galaxy Soho, de Zaha Hadid, y la Sede de la Televisión Central de China, del estudio OMA, de Rem Koolhass.
Su diseño es una mezcla de volúmenes geométricos, algunos de apariencia pixelada, revestidos con lozas de piedra gris, y otros con fachas acristaladas. En el corazón del edificio se instalará un espacio expositivo de 1.700 m2, libre de columnas, para garantizar la posibilidad de presentar, sin limitaciones, todo tipo de formatos artísticos.
Este proyecto se unirá a los muchos otros realizados hasta el momento en la capital china por firmas de arquitectura de gran renombre internacional. Scheeren dice que se siente afortunado de haber diseñado este centro cultural porque le permite “rendirle tributo a un país y una ciudad en la que he estado trabajando durante más de una década”.