El arquitecto mexicano Juan Carlos Baumgartner, fundador de la firma SpAce, nos explica en esta entrevista la importancia del diseño para la felicidad: concebir espacios de trabajo que promuevan emociones positivas. (Fotografía superior: oficinas de Red Bull, Ciudad de México, diseño de SpAce)
¿Cómo serán los espacios corporativos en 2020? En torno a esa pregunta giró el encuentro conocido como Workplace Conference, que tuvo lugar en las instalaciones de Microsoft en Bogotá.
Juan Carlos Baumgartner —Ciudad de México, 1972—, reconocido arquitecto con más de dos décadas de experiencia en el diseño de espacios de trabajo, llegó a la cita en la capital colombiana vestido con tenis dorados, pantalón negro y una camiseta del mismo color que decía: “Don’t follow your dreams, follow my Instagram”.
El título de su charla fue Design for happiness; una de las más interesantes de la jornada. INTERIO quiso conocer más sobre sus planteamientos respecto al diseño de oficinas. Esto fue lo que nos contó:
INTERIO: ¿En qué consiste el concepto diseño para la felicidad, dónde y hace cuánto surgió?
Juan Carlos Baumgartner: Surge como una búsqueda personal después de un momento desdichado en mi vida en el que me di cuenta de que como sociedad no habíamos hecho nada para crear sistemas, sociedades, etc., que ayudaran a las personas a ser lo más felices o, por lo menos, lo menos infelices posible. Pienso que hay pocas preguntas como ¿qué te gustaría ser en la vida? que tienen una respuesta tan contundente: ser feliz. Sin embargo, no habíamos hecho nada para lograrlo. Y fue así como hace dos años con mi equipo decidimos dedicarnos a investigar y trabajar en metodologías que ayuden a diseñar espacios que promuevan emociones positivas.
I.: ¿Cómo se diseña para ayudarnos a ser felices y cómo se aplica el diseño para la felicidad en las oficinas?
J.C.B.: Hay dos niveles de profundidad: el primero tiene que ver con las características que tienen en común las personas que en el mundo aparecen clasificadas como las más felices; una de ellas, por ejemplo, es un network o una red grande de amigos y familia. Considero que en esto hemos sido especialmente malos, pues no hemos sabido diseñar para ayudar a la gente a hacer amigos: de hecho, conocemos muchísimas oficinas que no solo no promueven la interacción social sino que la prohíben; eso tiene que cambiar. El segundo nivel es un poco más complejo y lo estamos investigando: consiste en entender cómo usan el cuerpo en los espacios corporativos las personas que tienen emociones positivas con el fin de diseñar lugares que inciten a los empleados a usar los suyos de una manera similar.
I.: ¿Cree que el diseño para la felicidad se convertirá en una tendencia o en un aspecto básico de la arquitectura, como ha sucedido con el diseño sostenible?
J.C.B.: Estoy convencido. Hoy cada vez más personas están hablando del tema, existe una mayor investigación científica y, además, está demostrado que este es uno de los momentos de mayor infelicidad de la sociedad. Es hora de hacer algo al respecto.