El Colegio Helvetia se renueva
Con base en una arquitectura para educar y divertir, El Equipo Mazzanti llevó a cabo el proyecto de ampliación y reorganización del Colegio Helvetia, en Bogotá.
Imagen superior: vista de la nueva etapa de ampliación del Colegio Helvetia. Fotografía: Alejando Arango. Cortesía: EEM.I
Fue la firma de arquitectura El Equipo de Mazzanti, liderada por Giancarlo Mazzanti, la encargada del diseño arquitectónico de esta nueva etapa del Colegio Helvetia. Esta ampliación hace parte del Plan Maestro del colegio, el cual fue concebido por el arquitecto Felipe González-Pacheco.
Colegio Helvetia: patrimonio cultural
Los edificios que componen el Colegio Helvetia, ubicado al noroccidente de la capital y construido en 1954 por la comunidad suiza en Bogotá, fueron construidos, inicialmente por el arquitecto suizo Victor Schmid. Posteriormente, a lo largo de los años varios arquitectos desarrollaron nuevas ampliaciones.
La primera parte construida por Schmid fue declarada en 1992 Bien de Interés Cultural de Carácter Nacional por el Ministerio de Cultura. A excepción del Centro de Investigación, las posteriores ampliaciones que se realizaron en el plantel no tenían un valor significativo y además no cumplían con las normas de sismorresistencia. Por estas razones se decidió debían ser demolidas y restituidas por una nueva infraestructura, más acorde con las necesidades actuales. ‘‘El gran reto radicaba en cómo desarrollar un espacio educativo que respondiese a las nuevas formas de enseñanza y a su vez fuera respetuoso con el edificio de interés cultural’’, dice el arquitecto Mazzanti.
Nueva organización espacial en el Colegio Helvetia
El proyecto de transformación, que alcanza los 4770 m2 construidos, se concibió en un nivel inferior o nivel patio y tres niveles adicionales. Por esta razón se decidió hundir un nivel con el fin de crear un ‘patio inglés’. Esto permitió bajar la escala del nuevo edificio y a la vez respetar el edificio de patrimonio. Al nivel patio se encuentra el Centro de Investigación (o biblioteca principal) construido por el arquitecto Alejandro Sokoloff en el año 2000.
‘‘Un colegio que permite correr por los techos verdes, rodar desde el tercer piso al primero, brincar en los corredores, esconderse entre los nichos. En fin, un edificio lúdico y de juego en sí mismo”, cuenta Giancarlo Mazzanti cuando habla de la ampliación del Colegio Helvetia en Bogotá.
El proyecto se organizó en dos alas que no se conectan; la más pequeña, de primaria, y la larga en secundaria, relacionando e integrando el Centro de Investigación (biblioteca) previamente existente. Como resultado, en los dos primeros pisos se ubicaron la mayoría de las aulas.
Adecuada distribución
‘‘El proyecto en planta se gira y adapta a las geometrías prexistentes, pero también busca generar la mayor cantidad de espacios contenidos y residuales para el encuentro de los estudiantes, en este caso el espacio vacío es tan importante como el espacio de las aulas; es el lugar de encuentro y de la construcción de vida social’’, señala Mazzanti.
Las puntas de las dos alas creadas se inclinan para permitir el acceso a la cubierta verde como prolongación de los jardines existentes del edificio patrimonial y como un patio de juegos que permite correr por los techos, rodar de un piso a otro, brincar entre los corredores.
‘‘La arquitectura: el tercer profesor’’
Mazzanti asegura que ‘‘el valor del espacio educativo debe estar en lo que es capaz de propiciar en términos de relaciones y comportamientos, en este sentido el proyecto es en si mismo un dispositivo de aprendizaje lúdico y de juego’’.
‘‘El proyecto se convierte en un instrumento espacial que se basa en la discontinuidad y la aparición de subespacios de encuentro. Se busca la mayor diversidad espacial que le permita a un niño desde la CURIOSIDAD llegar a DESCUBRIR constantemente lo que produce EMOCIÓN. Y con esta emoción, abrir las ventanas de aprendizaje y poner la máquina del conocimiento en marcha para generar APRENDIZAJE estimulando los procesos de DESARROLLO corporal cognitivo. El edificio es en sí mismo un mecanismo de juego y construcción de relaciones. Es así que la arquitectura es el tercer profesor.’’
Giancarlo Mazzanti
Materiales a la medida
Uno de los aspectos más llamativos del proyecto es sin duda los materiales empleados. La elección de estos tuvo en cuenta las necesidades funcionales y los requerimientos técnicos buscando siempre garantizar la adecuada iluminación y el confort térmico.
Los muros de fachada son en concreto a la vista. Por su baja inercia térmica, este material permite el nivel térmico indicado por los estudios bioclimáticos realizados. Adicionalmente el concreto visto no requiere prácticamente ningún mantenimiento, por lo que es un material ideal para espacios educativos.
Funcionalidad y confort
‘‘Relacionado a las fachadas principales desarrollamos una investigación profunda de la envolvente y su importancia en el uso educativo. Esto nos permitió conocer e integrar integrar al edificio un sistema tipo piel en «canales» verticales de vidrio templado, conocida como U-glass. Se trata de un sistema caracterizado por una doble piel de vidrio opaco en el que sus piezas permiten una cámara de aire al interior. Dicha condición es fundamental para garantizar los índices de iluminación requeridos para actividades educativas en todos los salones. Adicionalmente es un control autónomo de temperatura por el funcionamiento de la cámara interior entre piezas, básicamente es un colchón térmico que apoya y mantiene la temperatura de confort’’, explica el arquitecto.
Espacios creativos
El diseño interior y el mobiliario del proyecto de renovación del Colegio Helvetia estuvieron a cargo de la firma Arquint, en cabeza de los arquitectos Marcela López y Trino Sánchez.
«La propuesta de diseño interior busca promover la inspiración a través de la exploración y la experiencia en los nuevos espacios del colegio Helvetia. La tecnología, flexibilidad, la re-conexión con la naturaleza y un universo multicolor buscan fomentar la creatividad y felicidad de los estudiantes. Un estilo de diseño moderno que junto con herramientas digitales y análogas permitirán proyectar una imagen fresca y vívida del colegio Helvetia», afirman los arquitectos.
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