Hab Hotel se encuentra en el barrio Chapinero alto, en Bogotá. Su propuesta arquitectónica es una mezcla de cálidos aires cosmopolitas europeos con acentos tropicales colombianos. La vegetación nativa es un aspecto clave del diseño y del compromiso del hotel con la sostenibilidad.
Fotografías: cortesía Hab Hotel
(Imagen superior: contrario a lo que ocurre en la mayoría de hoteles, donde los huéspedes se registran en la recepción, en Hab Hotel el check-in se realiza en la zona del bar)
“Cuando visitas Hab Hotel tienes la sensación de estar en Londres con un toque tropical”, dice la arquitecta Ana María Calle, responsable del diseño de este hotel de cincuenta y ocho habitaciones. Poco a poco, sus propuestas arquitectónica, de interiorismo y gastronómica han atraído a un buen número de huéspedes extranjeros (en su mayoría europeos y norteamericanos), así como a clientes locales.
La construcción, ubicada en el barrio Chapinero alto, en Bogotá, es el resultado de la unión integral de tres viviendas. Dos de ellas, ya existentes, se remodelaron. Una albergó un convento de monjas y la otra, de estilo inglés, fue declarada de conservación arquitectónica. La tercera se construyó desde cero. En esta última se utilizó ladrillo de formato largo y un color más pastel que combina armónicamente con el ladrillo original de la casa de patrimonio.
“Conservando la volumetría de la casa histórica, se hizo una adición moderna con un estilo más minimalista usando el ladrillo bogotano. Esta fachada exalta el barrio de Chapinero con unas geometrías simples con tejidos para ayudar con la vista y la privacidad de los cuartos. La volumetría se teje con la casa antigua de una manera muy sutil para no competir con ella sino complementarla”, explica la arquitecta.
Los colores y acabados de Hab Hotel
Para los espacios interiores se escogió una paleta principal de tonos compuesta por azules, grises y negro. Los ambientes son tenues con el propósito de resaltar las lámparas del diseñador británico Tom Dixon y de la artista colombiana Venuz White. Estas piezas están expuestas por todo el hotel y el restaurante Hab Café. La carpintería, para la que se usaron maderas naturales, le aporta calidez y un ambiente acogedor.
El diseño de los baños se destaca por el uso de sencillas tabletas negras de estilo retro, techos azules, molduras de color azul oscuro y lámparas de luz tenue. Entre tanto, en las terrazas se quiso darle protagonismo a la diversidad de flora que tenemos en la Sabana de Bogotá con helechos, siete cueros, cuernos, mano de oso, entre otros.
“Sembramos más de dos mil plantas para destacar la importancia de captar CO2 del ambiente de todos los predios aledaños. Cuando caminas por el andén de Hab te sientes en un oasis de árboles nativos. Además, los patios internos son un paraíso verde dentro de la cuidad. También, en los corredores del hotel vas a encontrar fuentes de agua filtrada para eliminar el uso de botellas de plástico”, puntualiza Ana María Calle. Esto forma parte del compromiso de este proyecto hotelero con el desarrollo sostenible.
Interiorismo con sello colombiano
Uno de los principales objetivos de la propuesta de interiorismo, en la que participó la arquitecta Lina Salazar, era concebir un lugar donde la gente se transportara a un espacio atractivo que le permitiera vivir una nueva experiencia.
La firma bogotana Zientte fue la encargada del diseño exclusivo del mobiliario. En cuanto a la decoración, se escogieron obras de artistas nacionales como la diseñadora industrial Mariana Vieira, cuyas creaciones representan la geometría sagrada del cosmos con una técnica ancestral de la comunidad indígena Wayúu, de La Guajira. También, se seleccionaron fotografías de Pablo Tamayo para las habitaciones y una gran pieza en la escalera del lobby que tiene a Gabriel García Márquez como protagonista.
Hab Café, propuesta “de la granja a la mesa”
“Entendimos que para para brindar una experiencia extraordinaria a nuestros huéspedes, la gastronomía y la hospitalidad no podrían estar separadas. Normalmente lo están, y es por eso que los intereses de los propietarios de los hoteles no son los mismos que los intereses de los propietarios de los restaurantes, y quién resulta perjudicado es el huésped”, explica Nicolás Vergara, empresario y gestor de Hab.
Así, Hab Café, el restaurante del hotel, se caracteriza por una propuesta gastronómica que se conoce como farm to table, o de la granja a la mesa. Eso significa que los platos (de inspiración colombiana) se preparan con ingredientes orgánicos y muy frescos, cultivados, principalmente, en la granja Noi, en Guasca, Cundinamarca. La granja cuenta con certificación USDA Organic, que garantiza que la calidad y sostenibilidad medioambiental de los productos.
El menú de Hab Café suele cambiar todas las semanas. Los platos incluyen una gran cantidad de verduras y frutas orgánicas, huevos y pollos de la granja, y carne de res y cordero de pastoreo. También, cuentan con una selección de platos veganos y vegetarianos. El brunch de los domingos y festivos es otro de sus grandes atractivos.
Para más información:
Hab Hotel: https://habhotel.co/
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