El botánico francés Patrick Blanc, creador de los jardines verticales, estuvo en Colombia como invitado al Congreso Internacional de Infraestructura Verde. INTERIO conversó con él. (Imagen superior: jardines, creación de Patrick Blanc, en el proyecto Boas, en el conjunto residencial Life Marina, en Ibiza, 2012. Fotografía: Patrick Blanc, cortesía).
En los últimos años los muros verdes se han multiplicado en todo el planeta. Centros comerciales, hoteles, edificios de oficinas y vivienda, museos, fábricas e incluso casas se han cubierto de plantas tanto en sus fachadas exteriores como en sus paredes interiores. Colombia tampoco ha escapado a esta tendencia mundial. Sin embargo, pocos saben que el botánico parisino Patrick Blanc fue el artífice de este concepto que está cambiando el aspecto y mejorando la calidad de vida de las ciudades.
Una buena historia
Una mezcla de casualidad y empeño, sumada al haber sido un niño urbano y al interés por la naturaleza tropical le permitieron a Blanc desarrollar esta idea. A finales de los años sesenta, con 14 años, dispuso junto a su acuario una planta que sujetó en el muro y sumergió la raíz en el agua porque había leído que ayudaba a limpiarlo.
La planta se desarrolló rápidamente. Agregó más vegetación para que funcionara como un filtro biológico e instaló una bomba para surtirle más líquido. Los vegetales se extendieron hasta cubrir por completo la pared de la habitación. Luego, su interés se volcó hacia la diversidad de plantas que podía tener el muro verde recién creado; ese fue el nacimiento de los jardines verticales.
Cinco años después, Blanc viajó a Tailandia y Malasia. Al visitar la selva tropical descubrió que lo que había hecho en su casa de manera empírica existía en la naturaleza y lo motivó a continuar investigando el tema en la universidad.
Muros vegetales en el mundo
En 1986 el Museo de Ciencia y Tecnología —Musée de la Villete—, en París, lo convocó para crear el primer muro verde en un espacio público. Desde entonces ha realizado múltiples proyectos en todos los continentes. Entre los más destacados, el PAMM, en Miami —2014—, la Fondation Cartier y el Centro Georges Pompidou —2007—, en la Ciudad Luz; el centro comercial 360, en Kuwait, y el Concert Hall, en Taipei —2007— en China.
Para Blanc el secreto fue entender que las plantas no necesitan del suelo para crecer, sino de agua y sales minerales. Desarrolló un sistema de irrigación con tela de poliamida de viejos vestidos, que luego mejoró con fibras como el fieltro, que permiten disponer de humedad continua y reparten perfectamente el agua.
La selección es otro de los aspectos clave: “Nunca escojo las que crecen horizontalmente, sino aquellas que lo hacen en rocas, ramas de árboles o terrenos con fuerte inclinación, y que tienen raíces superficiales; también debe gustarles el sol.’’
Para conocer más sobre esta historia, lo invitamos a continuar leyendo el artículo en la edición 3 de INTERIO, en el siguiente link: https://issuu.com/revistainterio/docs/interio_magazine_003/16