En Manuel, restaurante en el barrio El Prado de la ciudad de Barranquilla, las reminiscencias de un pasado arquitectónico cargado de historia se entrelazan en la narrativa de su diseño interior.
Texto y fotografías: © Mónica Barreneche, @monicabarrenecheolivares. Fuente: El Buen Ojo, @elbuenojo
(Imagen superior: en el primer salón, además de la barra de gran formato, se destacan las lámparas descolgadas. Fotografía: © Mónica Barreneche)
“Una interpretación contemporánea de la tradición: esta es la esencia de Manuel”. La frase es una descripción corta del concepto de diseño de este restaurante según su autora, la arquitecta Catherine Jessurum. La versión más larga habla de una serie de tiempos en los que se puede recorrer y disfrutar, en sintonía con la oferta gastronómica del lugar, del trabajo de arquitectura y diseño interior a cargo de DEB Consulting.
“En El Prado (un barrio tradicional de Barranquilla) existen encuentros de tiempos y culturas. Desde la planta colonial con patio interno, la ornamentación republicana, las proporciones racionales neoclásicas y funcionales art decó, hasta detalles de la llegada de la modernidad”, cuenta Jessurum. De hecho, la arquitecta nació en esta región de migrantes en la costa Caribe colombiana. “Con este proyecto intentamos crear una nueva forma de apropiación del pasado”, añade.
En Manuel, uno de los elementos más representativos de esa reminiscencia al pasado barranquillero es la utilización de arcos dentro de la arquitectura. Precisamente, los arcos en diferentes escalas y con distintos acabados, son los encargados de unir conceptualmente los cinco ambientes principales que componen el restaurante.
Descubriendo Manuel
El recorrido comienza en la entrada principal, dentro de una cápsula hermética donde, a través de luz oscura, sonido aislado y mosaicos verde oscuro, se inicia un juego de los sentidos mientras se espera a ser ubicado. “Esta pausa obliga a detenerse y apreciar sus elementos decorativos: esculturas con formas orgánicas que referencian utensilios propios de la cocina artesanal del chef Manuel Mendoza. Esta sensación de encierro establece una tensión con el espacio”, comenta la arquitecta.
Luego, cambiando abruptamente de escala, se entra al primer salón con una barra de gran formato y vista a la cocina. “En este espacio, lámparas descolgadas, diseñadas a partir de rejas coloniales, iluminan las mesas de mármol y el piso de mosaico inspiración Pompeya. Proponen extender la mirada hacia arriba, en donde se destaca la cubierta a cuatro aguas. Otro elemento que le hace un guiño al pasado arquitectónico de las casas locales”, añade un integrante del equipo de diseño de DEB Consulting.
El recorrido por Manuel continúa en un comedor privado que sirve de pausa dentro del gran salón. Allí, dos columnas centrales enchapadas en mármol verde esmeralda con incrustaciones metálicas delimitan escultóricamente el espacio.
A espaldas del comedor privado, de manera sutil, a través de vidrio ahumado, se puede entrever la cápsula de la entrada, así como las piezas gráficas decorativas que hacen alusión a los ingredientes naturales y locales que utiliza el chef en sus platos.
“Por su parte, los muros hechos en yeso con técnicas manuales logran texturas pronunciadas y consiguen efectos decorativos con referencias a formas geométricas y sinuosas propias del art decó”, agrega Jessurum.
Estética recargada
Continuo al comedor privado, y de forma paralela al primer salón, se encuentra uno similar, pero más exclusivo. Allí, sofás tapizados en terciopelo vino tinto, cortinas en lino y luces cálidas indirectas agudizan esta sensación de intimidad.
Finalmente, al cruzar el ultimo arco se llega al privado. Un concepto que se enfatiza con el uso de cortinas pesadas que aíslan el sonido con un textil estampado con un diseño propio de la arquitecta. La paleta de color pasa de un verde oscuro a tonos más neutrales que se mezclan con un fuerte papel de colgadura de colores terracota y vino tinto.
“Queríamos que este espacio se sintiera recargado. Mantuvimos el color verde en el techo y lo rematamos con unos entrepaños con libros antiguos que encontramos en el centro de la ciudad para dar la sensación de un espacio más casero. Ya no hay sillas sino poltronas y las mesas son bajas”, comenta la arquitecta.
Este espacio hace una referencia directa a la estética de salón privado de club inglés. Sin embargo, en este caso, un jardín de vegetación tropical bordea el ventanal en cuadrícula de vidrio que va de piso a techo y rompe con este esquema europeo.
“En general, quisimos que se entendiera la estructura de la casa para generar la sensación de comodidad y calidez. Pero también buscamos crear una experiencia única que se pudiera vivir a través de los sentidos del gusto, el olfato la vista y el tacto”, finaliza.
Ficha técnica
Diseño: DEB Consulting
Cliente: restaurante Manuel. Página web
Tipología: remodelación, hospitalidad
Año: 2021
Área: 400 m2
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